El mar me atrae de una forma poderosa, quizás por su constante
e incansable movimiento . . . ó por esa sensación de cosa
inacabable, sin límite preciso al tocarse con el cielo . . .
Disfruto caminar durante horas por su orilla y escribir palabras
en la arena para que las olas se las lleven lejos . . .
© laPeregrina