sábado, 12 de marzo de 2016

Esquel , Chubut







Escucho la palabra armas
y en mi cabeza , mi mente instantáneamente
confecciona una lista
de guerra y objetos de hacer daño
un misil
un tanque
una itaka
un rifle
un cuchillo
una piedra . . .
¿ Qué vivencias llenan mi corazón
y mi alma para , de inmediato , hacer esa asociación ?
¿ Con qué cúmulo de información , 
mezcla de emociones y sensibilidades , 
he sido expuesta a lo largo de la vida
para pensar invariablemente 
en un objeto de destrucción ? 
¿ Alguna vez en el futuro lograré pensar 
exactamente lo contrario ? 
Quiero , deseo asociar instantáneamente 
la palabra armas con un verbo .
Con el verbo armar
yo armo , yo edifico , yo creo . . .
tu armas , tu edificas , tu creas . . . 
O con una herramienta de construcción
una plomada
un andamio
una carretilla
un fratacho
una azada
un arado . . .
O una herramienta de arte
un pincel
una hoja de papel
un lienzo
una cerámica
un cincel
una pluma . . .
O una herramienta de comunicación
como la palabra . . .
Quiero , deseo que al oír la palabra armas
no volver a pensar en un objeto de guerra
sino en un verbo de paz
en una herramienta de construcción
de arte y de comunicación .




©laPeregrina








sábado, 5 de marzo de 2016

Atardecer en el río Arrayanes , Esquel



Es posible volar sin alas

y nadar sin necesidad de ser un pez ,
 
puedo sentarte frente a mí 

mientras me tapo 

los ojos con las manos , 

y hasta sentir 

que te toco 

aunque no estés aquí . 

Pero como podría sin ser Neruda , 

decirte lo que quiero decirte 

y que lo oigas como quiero que lo oigas . 





De vez en cuando me digo : quizás es cierto , 

quizás nos conocemos desde hace siglos 

y me subo al delirio y me relamo 

y hasta creo recordar nuestros caminos desandados 

y aquellos maestros compartidos , 

y El arte de amar y El principito 

y la Casa redonda 

que alguna vez debimos leer juntos . 





Y un minuto después , ya estoy diciendo : 

No es cierto . 

No puede ser verdad . 

No existes y si existes jamás nos encontramos . 

Porque si todo fuera 

como me lo imagino , 

jamás podría perdonarte 

tu inoportuno y absurdo silencio 

de estos últimos 50 años . 







Marta Bujó