domingo, 1 de julio de 2012

Río de la Plata II




" Cuando volví en mí, Mozart estaba de nuevo a mi lado.

Hablamos un momento y me dijo: Usted , querido y estúpido amigo,

ha de hacerse cargo del humorismo de la vida,

del humor patibulario de esta vida y al mismo tiempo que me ofrecía

un cigarrillo, mágicamente sacado de su bolsillo, había dejado

de ser Mozart y era mi amigo Pablo. Grité: ¿Pablo, dónde estamos?

Estamos – sonrió - en mi teatro mágico, pero te confesaré que me has

decepcionado, has quebrado el humor de mi pequeño teatro y

has cometido una felonía, has andado pinchando con puñales y

has ensuciado nuestro bonito mundo alegórico con manchas

de realidad. Lo que hiciste fue por celos y a esta figura no la supiste

manejar, creí que habías aprendido mejor el juego. En fin,

podrá corregirse. Tomó a Armanda, la cual, entre sus dedos,

se convirtió en una figurita del juego y la guardó en el bolsillo.

Comprendí todo, a Pablo y a Mozart; estaban en mi bolsillo

las cien mil figuras del juego de la vida. Tenía el deseo de empezar

otra vez el juego, de gustar sus tormentos otra vez, de estremecerme

de nuevo y recorrer una y muchas veces más el infierno de mi interior.

Alguna vez llegaría a saber jugar mejor el juego de las figuras.

Alguna vez, yo también, aprendería a reír."





Hermann Hesse ( Alemán / 1877 – 1962 ) 








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